La palabra otoño designa a una de las cuatro estaciones del año que se sucede entre el invierno y la primavera y por supuesto, de acuerdo a la parte del hemisferio en el cual se esté, esta estación presentará variaciones en su inicio.
Formalmente, en el hemisferio norte comienza el 21 de Septiembre y finaliza el 21 de Diciembre y por su lado, en el hemisferio sur se extiende desde el 21 de Marzo al 21 de Junio.
Entre las características más apreciables a simple vista y sensibilidad de esta estación se pueden destacar las siguientes: las temperaturas comienzan a descender, apreciándose una marcada diferencia respecto de las predominantes hasta el momento, los días empiezan a acortarse, es decir, amanece más tarde y alrededor de las cinco de la tarde ya empieza a caer la noche.
Además, las hojas de los árboles empiezan a mutar de color, primero se tornan amarillentas, luego se vuelven hacia un color café, hasta que se secan, se desprenden de los árboles, cayendo finalmente al suelo con la ayuda inestimable del viento que por esta época empieza a soplar más fuerte y hace que las mismas, como dijimos, caigan.
Muchas de estas condiciones que mencionamos son las que nos anuncian y nos irán preparando para atravesar la siguiente estación del año, la más dura de todas, para muchos: el invierno.
Por otra parte, los animales también empiezan a activarse aún más, ya que por estos tiempos empiezan a prepararse para hibernar, comiendo y guardando en sus “hogares” grandes cantidades de alimentos para así soportar el invierno. Y también, el otoño, resulta ser la estación ideal para cosechar, por ejemplo girasol, maíz.
En otro sentido, para muchos, el otoño suele disparar sentimientos de nostalgia, tristeza y melancolía. Su nombre proviene de un dios solar egipcio llamado Atum y simboliza el sol que se oculta en la tierra.